“Esta experiencia deja a los actores la fortaleza, de que pueden proponer sus propias condiciones artísticas y poéticas en el lugar que elijan del espacio abierto”

A partir de una necesidad para las nuevas producciones del Grupo de Teatro Callejero La Runfla, en el año 2004 su director Héctor Alvarellos proyecta lo que se convertiría en un curso gratuito de características con pocos antecedentes en el mundo del teatro, que permitiría entrenar actores nuevos: había que preparar gente para el lenguaje específico que es la calle.  Así se presenta el diseño a la Escuela Municipal de Arte Dramático y nace el «Curso de Formación para la Actuación en Espacios Abiertos» en la sede de Parque Avellaneda.

Como pronto comienza la inscripción para el año en que cumple su 20 aniversario, nos acercamos al mítico Antiguo Tambo, la sala que funciona como espacio para Artes Escénicas en el Centro Cultural Chacra de los Remedios y que es donde el curso tiene sus oficinas administrativas y de planificación docente. Allí charlamos con Gabriela Alonso (Coordinadora y docente), Pablo Roitzaid, Javier Giménez (docentes) y Tati Rapetti (tareas administrativas y preceptoría). Nos contaron de la historia, los contenidos y la filosofía con que se encara este maravilloso camino que proponen a los actores que quieran desarrollarse en el arte milenario de la expresión callejera.

Sobre los comienzos…

Pablo Rotzaid: Cuando me convocaron dije -Sí ¡buenísimo!, pero pensé que no iba a salir nunca. Me mudé acá al barrio y a la semana Héctor me dice: -Che, sale lo de la escuela. Fue en el 2004, dirigía la EMAD Roberto Perinelli. Héctor era planta del Gobierno de la Ciudad, yo tenía un contrato de locación de los que se usaban en esa época, conseguimos horas para dos docentes más y logramos que nos pasaran a nosotros al proyecto este y así empezamos con cuatro docentes: Daniel Conte, Héctor Alvarellos, Javier Gimenez y  yo. Empezamos en el antiguo natatorio

Gabriela Alonso: Primero se lo eleva a le Mesa de Trabajo y Consenso y se logra un acuerdo, porque también eso fue lo que permitió que existiera el curso, porque había sede y gente, entonces era muy sencillo para la EMAD decir, bueno, abrazamos esto también.

Javier Giménez: Héctor encarnó claramente la perseverancia, la convicción más profunda de que este sueño podía hacerse realidad, pero es una idea que empieza a ser una necesidad para La Runfla a partir del 2001: Una vez terminado un espectáculo que tenía un elenco muy numeroso, ante la partida de unos y otros, surge la necesidad de generar un espacio más importante de formación de actores y actrices para este lenguaje, independientemente de la aplicación directa que pudiera ser formar parte de los espectáculos del grupo. Era formar actores y actrices para este lenguaje en específico.

Jorge: ¿Qué significa ser un actor que está formado para el espacio público. ¿Qué diferencia hay con ser un actor que trabaja en una sala?

Javier: Esa es una muy buena pregunta porque partimos de esa hipótesis. Al principio todo estaba orientado a actores o actrices, gente ya formada o que estuviese en el último año de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático o que hubiese egresado, como un perfeccionamiento. Eso se fue transformando con los años.

Hoy la convocatoria es mucho más amplia, pero lo que tiene que ver con la especificidad, nosotros entendemos que primeramente “hacemos teatro”. Cumple con las reglas del oficio, de cualquier forma del teatro. El tema es que entendemos que hay una preparación específica, energética, corporal, poética para abordar el espacio abierto con lo que propone en términos de interrupción de la vía de comunicación, por los fenómenos sonoros o de todo tipo, naturales o artificiales, alguien que pasa vendiendo algo, dos perros que se pelean, o dos personas que pueden tener algún tipo de disputa en el medio de la función.

¿Cómo se aborda ese espacio que no está preparado para hacer teatro? No es teatro todavía, el teatro lo trae el actor y la actriz en su cuerpo, y lo crea en ese espacio-tiempo preciso y después lo desmonta, desaparece y se va… y la plaza vuelve a ser la plaza y la calle calle… Para poder concretar ese nivel mágico y violento de la representación, creemos que hay una preparación que incide en un cuerpo con una calidad energética determinada para estar, para ser y para significar en el espacio.

Jorge: ¿Técnicamente, qué es lo que se prepara?

Gabriela: Por sobre todo “ese cuerpo” con la voz incluida. Hay una potencia que tiene que lograr ese cuerpo de presencia, de proyección, de limpieza de movimientos que permita al espectador mantenerlo atento y diferenciarlo del resto de los transeúntes… Ese cuerpo se trabaja con mucho entrenamiento, hay toda una rutina de entrenamiento que es la base de esa formación. Buscamos que les estudiantes puedan aplicar ese entrenamiento a la actuación. La actuación es “actuación teatral”, uno lo que busca es que si quiere hacer sala, esto le va a servir también. No es que hay una cosa solamente de lo específico callejero, nosotros abordamos esa parte para sostener a ese actor/actriz en el espacio y que pueda proyectar y poder convocar a la gente para lograrlo. Hay recursos que tiene el teatro callejero que permiten lograr eso, entonces vamos por ese lado.

Gabriela: Esos recursos tienen que ver con elegir y usar el espacio que sostenga esa actuación. Hay elementos como el zanco o una bandera, como objetos grandes que también… la proyección de la voz y el abordaje de un personaje desde un lado que lo diferencia claramente. En general trabajamos desde los tres toques que es lograr un cuerpo que no sea tu cuerpo,  llevarlo a un cuerpo diferenciado, no cotidiano y el otro abordaje es a través del animal.

LOS TRES TOQUES

Con el animal buscamos una profundización en ese animal, que no nos quedemos con la idea… no sé, elegís un gato y decís miau y ya está… no: es observar un gato, ver un video, sacarle ese movimiento, lograr que ese cuerpo logre los movimientos los más cercanos posibles a los del gato y poder aplicarlo después al personaje. Después lo vas nivelando, si querés lo hacés bien animal, en La Runfla hemos hecho espectáculos donde el cuerpo queda casi animalado y otros donde lo vas limpiando hasta llegar a un cuerpo que decís, bueno hasta acá, acá lo frenamos y aparece ese cuerpo que también es disruptivo en el espacio, entonces como espectador te convoca, al menos es lo que nosotros pensamos, la gente al menos se queda, puede ser que te produzca rechazo también, tipo “estos qué están haciendo…” pero igual te convoca. Es una propuesta diferente.

Jorge: En los espectáculos de teatro callejero se ven muchos títeres, máscaras…

Gabriela: La máscara es otro elemento que utilizamos que también es convocante. Les proponemos a les estudiantes que en esa comprobación pasen por distintos personajes, que no se queden con uno, sinó el hecho de armar el espacio con todos los elementos que requiere -que generalmente el montaje es bastante minimalista- no lo recargamos con objetos, elementos. No hay escenografía, telones, no lo enmarcás sino al revés, dejás que el espacio gane en esa escena.

Jorge: ¿Hay limitaciones de estado físico, de cuerpos? ¿Hay que tener una determinada condición para inscribirse?

Pablo: No -como decía Javier en un principio- esto estaba con la intención que fuera más dirigido a actores, la verdad es que en este momento muchos ingresantes son jóvenes que terminaron el secundario el año pasado y también gente de más de 60 años. En el último espectáculo participa una actriz de más de 60 años que está toda obra en zancos, con máscara y diciendo textos. La propuesta es para el que tenga interés y disponibilidad. Se cursa todos los días de lunes a viernes de 9 a 13:30 hs. Bueno, eso es el gran obstáculo para mucha gente…

Es una formación muy intensiva y completa. En este momento hay un eje temático que es el “taller integral” donde se ve el trabajo vocal, el trabajo corporal y el actoral más los zancos, los elementos, combates escénicos, etc… y después hay una asignatura que es “destreza con acrobacia y danza”, otra de “construcción de máscaras y muñecos” donde también se ve títeres, se hace el fantoche… Después se aprenden los elementos básicos de la “musicalidad” aplicada a la escena en el espacio abierto. No es que van a salir músicos, pero van a adquirir una cantidad de conceptos para ser utilizados en eso.

En las materias teóricas ven Historia del Teatro Universal y Teatro Argentino, Dramaturgia, Historia del Teatro Callejero y Vestuario, donde no es que salgan realizadores pero trabajan los conceptos básicos de cómo se diseña un vestuario para un espectáculo, aprenden los rudimentos básicos de la costura y realizan acá mismo los propios vestuarios con los que se hacen las obras.

Jorge: Hay que saber todo...

Pablo: De todo un poco…

Javier: También son ejes ideológicos y filosóficos muy importantes de la propuesta que tiene esta experiencia de dos años, la “construcción de una grupalidad” que entendemos sobre todo que en la calle más que nunca es muy necesaria. No estar solo o sola enfrentando la tarea del teatro. Construir grupalidad no quiere decir que hay que ser todos amigos ni muchísimo menos, lo que une es la tarea y una tarea que conduce los esfuerzos de manera grupal y después, además de eso, la idea del actor/actriz artesano/artesana es decir, creador de sus propios insumos, de sus propios elementos, de su propia poética, de su propio trabajo, de manera tal que no es alguien que finalizado el curso, no creemos en alguien que termina una etapa de formación después puede -como Pablo siempre pone el ejemplo- estar sentado al lado de un teléfono blanco y esperar que un productor lo llame. Estamos trabajando para generar grupalidades capaces de construir de manera autónoma y autogestiva sus propias propuestas teatrales y artísticas…

Jorge: ¿Son un semillero de grupos de teatro callejero?

Gabriela: Si tal cual, eso es lo que va pasando, es muy difícil sostener la calle. Acá es un refugio el Parque Avellaneda, lo que se viene dando es que un grupo necesita actores para un proyecto y empieza a convocar a egresades y va pasando que se van sumando. También tenemos muchos que han viajado por el mundo, gente repartida por distintos lugares que siguen haciendo algo vinculado a lo que tomaron de acá de la escuela, con las máscaras, con los zancos…

Jorge: Es “importante” con lo que sale de acá….

Gabriela: Mirá lo que más se agradece es una palabra que por ahí para algunes es negativa: la disciplina. Tiene mala prensa, está esta cosa nueva de la improvisación, bueno “subite al escenario que algo va a salir…”. En esta disciplina que el curso brinda, hay algo que empieza como a decir “no, esto es trabajo”. Sobre todo para los jóvenes.

Pablo: Estamos en un momento donde yo creo que la disciplina como muchas cosas que tienen que ver con ciertos rigores nos fueron expropiadas, porque fueron como impuestas por otras miradas que tienen que ver con otras ideologías, con otros formatos.

Gabriela: Y a veces el maltrato…

Pablo: Con el maltrato y con el poder en general, por eso creo que los que creemos en la disciplina, se nos hace tan difícil la autodisciplina, no?

Jorge: ¿Qué significa eso?

Pablo: Digo, se nos hace difícil sostenernos cotidianamente las tareas que implican la autodisciplina. Todos los días levantarse y ponerse a entrenar y ahí el grupo es un gran refugio en eso, porque  genera una disciplina donde no me la tengo que auto imponer, que me puedo buscar un montón de excusas, ni hay alguien por arriba mío que lo impone, es un acuerdo, un consenso. Entonces con otros nos ponemos de acuerdo, ponemos un horario, nos encontramos en ese horario y hacemos lo que nos convoca que además es lo que nos da placer, que si no nos exigimos, no lo logramos.

Javier: Sí, aquí lo que buscamos, a veces con mayor suerte, y otras no tanto es constatar que es un vehículo, digo “la disciplina” como medio, como vehículo para obtener algo que nos proponemos.    ¡Qué lindo sería hacer tal cosa!… bueno el primer día vamos a estar recontra entusiasmados, el segundo día todavía nos queda un poquito, al día diez ya nos olvidamos todas las ganas que teníamos ese primer día, bueno todo este trabajo va buscando cómo sostengo. La disciplina no es algo que se entiende intelectualmente y que inmediatamente comienza a funcionar, sino que es algo que se acumula, que se practica pacientemente, aceptando los retrocesos que hay como en cualquier proceso de aprendizaje, es decir, a veces nos sale bien la autodisciplina o la disciplina y a veces tenemos que aceptar que hoy, bueno, no nos salió, estuvimos reacios a poder mantener eso que nos propusimos para el día, pero volver a intentarlo, levantarse y volver a intentarlo, pero eso  no como una imposición, ahí es donde a veces está la confusión, cuando aparece algo que se impone, y a veces se impone de mala forma. Estamos en contra de eso, pero lo que sí seguimos convencidos es  demostrar a través del tránsito que la disciplina es un medio para poder lograr aquello que los entusiasmó tanto el primer día como puede ser cualquier proyecto cuando se inicia.

La organización…

Gabriela: Ahora tenemos a Tati, nuestra preceptora “con cargo”. Eso lo conseguimos este año, tenía un contrato de esos que se renuevan y ahora es preceptora “de por vida” de la EMAD.  Yo soy “coordinadora” pero a mí me tienen que votar para que lo sea.

Jorge (A Tati): ¿Cuál  sería tu rol?

Tati Rapetti: Mi rol es bastante variopinto, muy amplio, En esta sede no tenemos regente que sería el responsable de la sede en lo que es la EMAD, entonces un poco también algunas cosas de esa regencia las compartimos con Pablo y con Gaby, y yo también me encargo de algunas cosas como abrir la sede, estar en contacto con el personal y atenta a los insumos de limpieza. En cuanto a la preceptoría es la parte más administrativa… de la asistencia de docentes y estudiantes.

Jorge: – ¿Hay muchos alumnos?

Gabriela: Y hemos tenido años donde había muchísima cantidad.

Tati: Del 2013 al 2018 y ahora, bueno…

Pablo: Hay menos alumnos. Es una cosa que está pasando en todos los lugares de formación artística, la matrícula bajó muchísimo, la gente en lugar de estudiar actuación estudia el profesorado directamente como si fuera más o menos lo mismo pero con salida laboral, cuando la formación es distinta y la UNA, las universidades a veces tienen una cantidad de inscriptos grandes de gente que cursa una materia, dos materias, pero las formaciones así integrales que requieren mucho, bajaron por la crisis económica, las dificultades para viajar, la disponibilidad de tiempo se complica muchísimo…

Javier: Muchos años, chicos y chicas que hacían toda la tarde semáforo o algún evento por ahí, podían sostener tranquilamente la cursada y ahora hay gente con empleo y tuvo que dejar porque o pagaba el alquiler o venía a cursar. No estamos exentos, si bien el parque es un hermoso paréntesis en lo cotidiano, pero no estamos al margen de una crisis muy profunda que golpea también muchísimo.

Gabriela: Hay gente de otros lados, de las provincias que vienen y se alojan acá para hacer estos dos años y ha venido gente también del exterior que han completado la formación, de Brasil, Chile, Perú, España, Italia, Colombia, Ecuador, México…

Jorge: ¿Existe en otros lados una escuela de estas características?

Pablo: Hasta donde sabemos no, han venido a visitarnos y a compartir clases y cosas actores del 0din Teatret, vino un actor del teatro du soleil que estaba fascinado, decía que una formación de este tipo, pública y gratuita, donde se haga teatro de calle, hasta donde él sabía no existía en ningún lugar del mundo. Cuando viene gente de afuera -también del Teatro Núcleo de Italia- es una experiencia que les sorprende bastante que son las cosas que nosotros, cuando decimos “país de mierda” no valoramos.

Jorge: ¿Por qué un actor vendría a hacer el curso?

Pablo: Hay un primer motivo que seduce a todos, que es la gloria que tenemos… nuestras aulas son el Parque Avellaneda. La gente llega y se quiere venir a vivir acá, eso es un gancho no pedagógico, pero que no es poca cosa.

Javier: No sé si al principio vienen con esa convicción, pero yo humildemente creo que logramos al final del tránsito, que salen preparados para afrontar la tarea, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia y de cualquier manera y además sabiendo que si cuentan con un otre son invencibles. Esa fortaleza de decir «llevamos el teatro en nuestro cuerpo» y vamos llevar el teatro. Muchos vienen con esa idea, “no quiero llevar el teatro donde ya está, donde ya se conoce, donde rigen las reglas”, no estoy en detrimento del teatro en la sala ni mucho menos, pero quieren recibir el entrenamiento porque quieren viajar…

Jorge: Muchos actores que se dedican al teatro independiente, a veces se cansan de alquilar la sala en Villa Crespo, Palermo, tratar de que tu familia vaya a verlo, llevar público para cubrir el seguro….

Pablo: Están mirando por el teloncito a ver cuántos vinieron y cuántos no…

Javier: A ver si se va a hacer la función o no…

Pablo: Nosotros tenemos el público, el público está.

Javier: A veces en cantidades multitudinarias, a veces hay cinco o tres. Y me parece, insisto, que esta experiencia les deja la fortaleza de que pueden tratar de proponer sus propias condiciones artísticas y poéticas en el lugar que elijan del espacio abierto y tienen los elementos para hacerlo y tienen los elementos para construir con otres no afrontar soles la aridez quizás que a veces propone el teatro abierto.

Jorge: Como en el antigüedad, el objetivo es contar historias…

Todos: ¡Claro si!

Gabriela: También hay una formación performática si querés.

Pablo: Es una formación que te brinda elementos para después utilizarlos en el discurso, el formato, la forma que vos quieras. Tenemos actores egresados que hacen unipersonales de teatro, contando historias muy al estilo de la Comedia del Arte, hay mucha gente que viene del circo que perfecciona sus números y el impacto y presencia que tienen en escena y siguen haciendo circo en las calles. Con mi grupo por ejemplo tenemos un espectáculo que no cuenta una historia en términos narrativos lineales sino que es más una especie de poesía en el espacio y en el tiempo en algún sentido. Y los elementos son los mismos. Una cosa que teníamos como reflexión el otro día en una reunión que tuvimos en mi grupo “Errabunda”, hacemos también teatro de calle, hicimos una gira por La Patagonia, 35 días con 21 funciones desde La Pampa hasta Santa Cruz. 6.500 km en camioneta y decíamos, el discurso en un punto éramos nosotros, no la historia que contábamos, éramos nosotros haciendo teatro en lugares donde la gente nunca vio un teatro… nunca hubo un zanco en Los Antiguos, Santa Cruz, en lugares donde nos preguntábamos si hacíamos o no la función y había ráfagas de viento de 70 km por hora… los grupos llevando el teatro a lugares donde nunca hubo teatro.

Javier: Estuvo un ex alumno, Domingo Solar este sábado, le pregunté si estaba haciendo teatro y con un poco de vergüenza, me dijo: -Estoy contando cuentos y estoy usando todo lo que aprendí acá.

Gabriela: Es eso, se lo llevan en el cuerpo, el que lo pudo aprovechar… Leandro, otro ex-alumno estaba viviendo en un barrio muy periférico, tercer cordón del conurbano en Moreno y en un momento organizó algunas funciones de teatro callejero, lo que hacía era que en cuatro manzanas a la redonda, a los vecinos -que lo conocían porque ahí había vivido su abuela toda la vida- les vendía las entradas anticipadas a un precio que acá la gente ni pone en la gorra. Después cortaba la calle de su cuadra con una cintita, frente a la escuela, la gente iba con su sillita y ahí hicimos función en medio de un barrio. Una función hermosa con la gente agradeciendo, una calle de tierra.

Pablo: Y después encontrarte con distintos públicos, en lugares que la gente te mira a 50 metros de distancia, de costado… y no sabés si le gusta o no le gusta y después termina la función y te pagan o se acercan.

Gabriela: El teatro de calle es democrático e inclusivo: llega a toda la gente. Si vos no querés verlo, te podés ir en el medio de la función.

Pablo: Y ofrece experiencias absolutamente fuera de lo cotidiano, de lo burgués. Estar por empezar una función manteniendo con la bandera a la distancia al borracho para que no te tire de los zancos, salir a hacer la función en un lugar donde, festival tipo rock and roll donde todas las noches hay botellazos y se matan y decir bueno ¿Cómo hacemos? Las estrategias de auto-defensa para cuidar los instrumentos. Irse con los más pesados del lugar acompañándote hasta el coche hasta que subas los instrumentos porque es un barrio intenso… Ese tipo de experiencias te las da la calle.

Gabriela: El curso también tiene una mirada muy personalizada desde lo pedagógico en el proceso de les estudiantes, mucho acompañamiento y eso también se valora.

Pablo: Porque creemos en el trabajo grupal y la formación tiene ese contexto. Nosotros funcionamos como docentes prácticamente como si fuéramos un grupo de teatro, hay una relación permanente, las reuniones de planificación están todos los docentes, las evaluaciones son conjuntas. Trabajamos juntos y hay un grupo de alumnos, un grupo de docentes y un grupo que somos todos juntos. Es la realidad y cuando estamos en función y alguien se tiene que subir a los zancos y los zapatos están en la otra punta y probablemente sea un docente el que está corriendo, yendo a buscarlos o ayudando a subirse al zanco, porque el concepto de grupalidad no es algo que se transmite verbalmente, se transmite con el cuerpo, entonces ahí me parece que está el centro de la transmisión. Hay una transmisión que es pedagógica en el sentido tradicional que se transmiten contenidos y hay una transmisión que es ejemplificadora es a través de las conductas, del ejemplo de lo que ves de los espectáculos del otro y lo que ves de la actitud de cada día en las clases y me parece que eso es el centro de la educación que muchas veces está muy desvinculado en la realidad.

Jorge: Es algo ancestral del teatro también…

Pablo: Totalmente, los teatros orientales se transmiten así, casi familiarmente, de compañías a las que se integran… Y eso también es una cuestión que en un momento la charla surgió algo de este tipo, acá viste a fines de los ochenta, noventa, con la llegada del teatro antropológico y demás, también con las técnicas de  Decroux, Lecoq, se recupera esta cosa del actor más medieval, itinerante, que es el actor que necesita todos los recursos y en la sala, a veces la iluminación, la escenografía te ampara y además muchas veces la sala propone un discurso más realista, naturalista. El teatro de calle tiene algo con lo espectacular, en general. Lo espectacular requiere de la música, el canto, el baile, requiere de la belleza en el movimiento y el uso del espacio. Entonces, recuperar un poco todas esas técnicas y elementos para ser un actor integral, completo. Este es un primer paso, la formación de actor no termina nunca…

EL futuro cercano:

Gabriela: Estamos a los 20 años del curso y este año vamos a estar trabajando para que se transforme en una tecnicatura, que duraría 2 años y medio. Se agregaría medio cuatrimestre a partir del 2025.


Instagram: EMAD Teatro Callejero

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Informes e Inscripción Ingreso 2024:

Horario de la cursada: de LUNES a VIERNES de 9:00 hs a 13:30 hs.

Lugar: Sede Parque Avellaneda: Av. Directorio y Lacarra -dentro del Parque Avellaneda-, CABA.

PREINSCRIPCIÓN VIA FORMULARIO ONLINE:

Periodo Ordinario del 25/10/2023 al 16/02/2024 hasta las 23:59 hs.

Periodo Complementario del 17/02/2024 al 15/03/2024 hasta las 23:59 hs.

Toda la info en la web https://emad-caba.infd.edu.ar/

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Esta nota fue publicada originalmente en la Revista Floresta y su Mundo edición 394 (Febrero 2024)