El Padre Julio Mendiguren cumple 25 años como Párroco de “La Candelaria”

por | Mar 7, 2025

“Enfocarnos cada uno en lo que tiene que hacer, hacerlo de la mejor manera que podamos”

Debemos la idea de esta entrevista a una querida vecina, la profesora Alicia Barillas, porque al informarnos que el domingo 16 de marzo le harían una fiesta de reconocimiento, nos recordó que el 12 de marzo se cumplen 25 años de la designación del Padre Julio Mendiguren como cura párroco de la Parroquia “Nuestra Señora de la Candelaria”. Julio es muy querido no solo por la feligresía de la iglesia, sino también por toda la comunidad de Floresta, por su labor solidaria, integradora, porque mantiene hermoso ese bello templo neogótico de Bahía Blanca 363 que es orgullo del barrio y también una enorme estructura que incluye el colegio con las dos sedes, la casa parroquial con las actividades sociales y eclesiásticas y el comedor donde almuerzan diariamente casi un centenar de personas necesitadas de esa ayuda y porque Julio es macanudo y sus veinticinco laboriosos años, merecen ser destacados y son buena oportunidad para compartir sus palabras con el vecindario.

Se cumplen 25 años de tu nombramiento como Cura Párroco de La Candelaria ¿Qué sensación te produce?

Al cumplir 25 años de párroco de la Candelaria, la sensación que me produce en principio no es muy original: ¡Qué rápido pasa el tiempo! O, como dice Manrique en las Coplas por la muerte de su padre: “Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…”

Luego, la sensación es de una inmensa alegría. Desde que llegué a la parroquia sentí una profunda admiración por Laucello y Francalancia por tantos años que dedicaron al servicio de esta comunidad. Imaginar quedarse tantos años en una parroquia era una utopía: hoy rige un principio no siempre comprobable en la realidad: “Que todos los cambios son buenos” y, entonces, lo más común es que los sacerdotes cambien de parroquia cada 6, 12 o menos años. Bergoglio me fue ayudando a discernir que mi lugar es éste y eso coincide con lo que pienso y siento. Él, siendo arzobispo de Buenos Aires me decía que me tenía que morir como párroco de la Candelaria y, siendo Papa, alguna de las veces que me escribió, me mencionó como Laucello II. A poco de cumplir 25 años, me falta 1 para alcanzar a Francalancia. A 51 años de párroco, como Laucello, no creo que llegue. Tendría que ser párroco hasta los 90 (cosa poco probable. Poco probable que viva hasta esa edad y poco probable que esté lúcido para entonces).

La alegría que siento es porque creo, que, como me ayudó a ver Bergoglio, éste es mi lugar en la Iglesia de Buenos Aires, no me interesa ningún otro. 

¿Qué diferencias hay entre la parroquia y la comunidad que encontraste al llegar y la que hay actualmente?

Las diferencias entre la parroquia que encontré al llegar y la actual son diversas: en lo demográfico, el avance del centro comercial ha hecho desaparecer cientos de casas de familia. Eso hace que las misas multitudinarias de los primeros años, hayan mermado. Hay menos gente en el barrio, por lo tanto, menos gente que viene a misa, menos chicos y jóvenes en el colegio, en la catequesis y en los grupos parroquiales; menos Bautismos, menos casamientos y también menos ingresos para sostener el funcionamiento de la comunidad.  La comunidad se ha reducido y también la cantidad de celebraciones.

En lo pastoral, siempre ha sido una comunidad muy trabajadora, los voluntarios en la catequesis y en los distintos grupos, son muy generosos para dar su tiempo.

En estos años, también aumentaron los grupos de autoayuda. Hace 25 años sólo estaba ALCO (Anónimos Luchadores contra la Obesidad). Actualmente, además de ALCO, funcionan en la parroquia grupos de N.A. (Narcóticos Anónimos) J.A. (Jugadores Anónimos) ALANON (para familiares de adictos al alcohol) y Nueva Mirada (ayuda para enfermos psíquicos: depresión, fobias, etc).

¿Cuáles eran los objetivos planteados al llegar, cuál se logró, cual está en progreso, cuales son los objetivos próximos?

Nunca fui de plantearme objetivos, sino más bien de salir al cruce de las situaciones que la realidad plantea. Tampoco la comunidad que encontré funcionaba en base a objetivos, así que en eso, congeniamos bien. Podría decir en un sentido amplio, que un objetivo fue acompañar en la medida de mis posibilidades, la vida y la fe de la comunidad, sostener lo que existía, intentar que crezca y estar abierto a las necesidades que surjan.

En los sucesos del 2001 con el asesinato de Los Pibes de Floresta fuiste y sos una gran contención de sus familias.. ¿Cómo viviste todo eso? 

En los sucesos del 2001, surgió naturalmente la intención de acompañar en lo que se pudiera a las familias. Yo sólo conocía a Angélica Matassa porque fuimos vecinos en el barrio Alvear y, aunque ella era mayor, nos conocíamos con su hermano. Así que, ni bien tuvo esa referencia se me presentó como la hermana de mi amigo y habíamos charlado algunas veces y me había pedido la bendición de la casa. Por eso (porque conocía el domicilio) fui a verla al día siguiente de la muerte de los chicos. Allí me enteré los lugares y horarios de los velatorios (dos fueron en Condarco y el otro en Basualdo) y nos hicimos presentes con el vicario parroquial para rezar con ellos si así lo deseaban (no sabíamos si las familias eran católicas) y nos pusimos a disposición. A partir de allí me empezaron a invitar a las marchas, a la bendición de la ermita y de la placa en Gaona y Bahía Blanca, a la bendición del monumento en la plaza del Corralón y se fue dando una relación de afecto y amistad. El 2 de febrero, en la fiesta patronal, los invité a participar y les presenté a Bergoglio, quien estuvo conversando con ellos y los bendijo. A partir de allí comenzó la tradición de las misas de los 29 de diciembre, con la agrupación Madres del Dolor y con familiares de Cromañon, y otras familias que sufrieron la muerte de sus hijos. Más adelante murió Chato (el papá de Crhistian) luego Enrique (el papá de Adrián) más recientemente Angélica (mamá de Adrián) y Elvira (mamá de Crhistian) Elvira pasó sus últimos años en provincia y participaba de la misa por Youtube.

Cuáles otros hechos significativos que te tocó participar o resolver?

Otra situación difícil que me tocó acompañar y sin ninguna experiencia previa fue hacerme cargo del colegio parroquial, que por el 2000 pasaba por una situación económica e institucional bastante compleja. Trabajando en equipo con los directivos, las familias, la administración y, cada uno de los que forman la comunidad educativa pudimos salir adelante. También fue un lindo desafío, relacionado con lo escolar, la unión con el Instituto Olmos.

La compra de la propiedad vecina al templo por parte del Arzobispado y el traslado allí del comedor y las actividades parroquiales fue un proyecto interesante que permitió más comodidad en los espacios escolares y parroquiales.

¿Qué representa el Papa Francisco para vos y qué te ocurre internamente con la posibilidad de su partida? 

El Papa fue arzobispo de Buenos Aires durante 15 años. Antes había sido obispo auxiliar durante 6 años. Fueron 21 años de conocerlo, de charlar con él, de encontrar muy buena receptividad de su parte. Fue un obispo que se preocupaba de conocer la situación de cada uno y te acompañaba en lo que veía con cierta claridad que iba por ahí.

La muerte es algo natural, que nos va a llegar a todos. He visto morir a mi papá (cuando yo tenía 22 años) a mi mamá (hace 4 años) mis tíos, mis abuelos, 3 primos hermanos y, como sacerdote acompañé a muchas personas en su tramo final en esta vida. En la Candelaria, en todos estos años, murió mucha gente (chicos, jóvenes, adultos, ancianos) algunos con los que llegamos a entablar una gran amistad. El Papa es consciente de la finitud de la vida y pienso que está preparado para enfrentar la muerte. Siento un gran afecto hacia él y será uno más de tantas personas que han sido importantes en mi vida y hoy me acompañan desde Dios. Pero, no está muerto quien pelea y creo que la está peleando.

¿Cómo ves la situación social del barrio, la ciudad, el país y el mundo? Pensando en la creciente pobreza, la concentración de las corporaciones, la inteligencia artificial, los teléfonos celulares. 

La situación social está difícil (¿Cuándo no la estuvo?). En la parroquia se abrió el comedor en el contexto de la hiperinflación de 1989 y nunca se pudo cerrar, es más, creció el número de comensales) crisis del 2001, del 2008, del dos mil que quieras y la actual. Creo que la clave es enfocarnos en lo que tenemos que hacer y hacer lo que podemos para que podamos sobrellevar las cosas mejor. Sin duda, la fe, ayuda un montón.

La concentración de las corporaciones es parte de la historia de la humanidad, la inteligencia artificial y los celulares son herramientas para comunicarnos mejor. Como todo, si las usamos mal se convierten en un problema.

Como una reflexión final, haría hincapié en lo que te contesté un poquito antes: Enfocarnos cada uno en lo que tiene que hacer, hacerlo de la mejor manera que podamos, dando participación a todos y estando abiertos a los aportes que nos hagan (así surgió el gabinete psicológico y psicopedagógico, los grupos de autoayuda, el almuerzo comunitario de los primeros domingos en la plaza y muchas iniciativas más que se desarrollan en la parroquia), sabiendo que lo que podemos cada uno es poco, pero confiando en que Dios lo multiplica con su inmenso corazón.

Por último, recordar que la parroquia está al servicio del barrio y que todo lo que se hace en la parroquia se sostiene con el aporte de los fieles. La parroquia no recibe aportes del gobierno ni de la curia. Los sueldos de los empleados, las cargas sociales, los sueldos de los sacerdotes, los servicios (electricidad, gas, teléfono, agua) los gastos de mantenimiento y de limpieza, TODO se sostiene con el aporte de los fieles. En este contexto de un barrio cada vez menos poblado, con menos gente que aporta y, sumado a la difícil situación económica, necesitamos de la ayuda de todos. Para los que quieran y puedan colaborar, les dejo el alias de la cuenta corriente de la parroquia: VIRGEN.CANDELA.LUZ

Un abrazo grande y que Dios nos siga bendiciendo a todos.