La serie escultórica Mujeres de Floresta que realicé en 2016, está inspirada en ocho mujeres representativas de la identidad del barrio de Floresta. Ocho mujeres que construyen en conjunto y en red y sostienen un trabajo por la comunidad. Inquietas, luchadoras y trabajadoras se convierten, a través del arte, en arquetipos de lucha. Su vínculo fortalece el entorno representando así a otras tantas con las mismas inquietudes y el mismo compromiso social. Ocho mujeres que son referentes y, a su vez, ejemplo para la comunidad. Ellas encontraron en la Asamblea de Floresta, una vía para canalizar las necesidades barriales y se organizaron poniendo de relieve el valor del trabajo solidario. La serie escultórica es un homenaje a estas mujeres actuales, queridas y conocidas de la Comuna 10 por su trabajo  por los derechos humanos, por la reivindicación del trabajo, la salud, la educación y el arte.

La representación de personas actuales que conviven como parte del tejido social es un hecho inédito o poco común en arte y especialmente en el espacio público. La necesidad de poblar los espacios con un arte más cercano a la comunidad es una característica que se viene dando desde el año 2000. Expresiones artísticas fueron surgiendo en nombre de un pueblo que reconoce esas expresiones como propias: el grafiti, el mural, las intervenciones callejeras, ejecutadas de la mano de un artista o sin él, son genuinas manifestaciones de un arte urbano que crece y se desarrolla conforme al crecimiento cultural de la ciudad.

Decidí retomar la realidad como fuente de inspiración y como temática, por eso el realismo de estas figuras femeninas. Necesitaba testimoniar este momento histórico con un mensaje directo e inequívoco, fruto del vínculo con esa realidad que es el otro. Es allí donde se devela lo político, lo social, lo histórico. Buceando en mi propia identidad encuentro la de mi pueblo, ese del que soy parte. Quise ser intérprete de nuestra tumultuosa vida, con una reflexión que conmueva y nos movilice.

Esta serie toma como objeto de narración a mujeres del pueblo. Homenaje, reconocimiento y lectura del cuerpo de la mujer de hoy con la historia impregnada en su postura y en su rostro. Las huellas de un tiempo vivido intensamente en las que la belleza aflora para mostrarnos toda la fuerza de lo femenino. Ni proporciones establecidas ni cánones estilísticos impuestos por el patriarcado. Se trata de ellas con toda la vitalidad de su presente.

La historia de cada una impregnada en una escultura que condensa su impronta en la materia pétrea del cemento. El presente conjunto amplía el tradicional concepto de belleza que antaño reflejaban las esculturas femeninas. Hoy la mujer muestra otros costados y valores desde los cuales se hace más visible y más respetada. La Fuerza, la vitalidad, la sororidad se manifiestan en su quehacer cotidiano e inciden favorablemente en el entorno.

Con esta manera de trabajar, busco hacer foco en nuestra cultura y los cambios que van acaeciendo: la mayor participación y esta vuelta al arraigo popular. En el espacio público como lugar compartido es donde deben estar estas figuras para que la comunidad sepa que esas mujeres han sido capaces de realizar una transformación social a través de sus logros para el bien común. Las mujeres elegidas representan a otras mujeres con sus mismas luchas, compromisos y vivencias. La imagen de la mujer participativa como base y fundamento de la expresión artística social da una verdad popular que es el signo de la potencia de esta nueva época feminista.

Alguien relacionó estas obras con la estatuaria barroca latinoamericana. Me gusta la referencia. Si algo estaba en mis objetivos cuando me lancé a la aventura de modelar esta serie fue precisamente la de acercarme a una imagen reconocible, local, territorial y –claramente– latinoamericana.

Como si se tratara de cariátides griegas que en su momento soportaron el frontis de un templo, elevo a estas mujeres a la categoría de columnas. Cada una es sostén y estructura en su territorio. Sobre ellas descansa la comunidad.

Las representadas son: Anahí Aizpuru, Mabel Sampaolo, Dora Grieco, Silvia Irigaray, Elvira Torres, Dora Egber, Gabriela Alonso y Silvia Márquez.

Las obras se encuentran en exhibición permanente en la “Casona de la Memoria” de la “Plaza del Corralón” de Floresta, Gaona 4660. Para ver la serie y saber más sobre estas mujeres, concretar entrevista con la autora al 11-5425-0264.

Esta nota fue publicada originalmente en la Revista Floresta y su Mundo edición 386 (Mayo 2023) ©

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