En la búsqueda de una dieta efectiva para bajar de peso rápidamente y mantenerlo con el tiempo, muchas personas prueban diferentes métodos: desde regímenes macrobióticos, vegetarianos, paleo o veganos, hasta dietas comerciales como la proteica o la de la luna. También hay quienes recurren a terapias alternativas, como la auriculoterapia, para controlar la ansiedad. Sin embargo, ningún método dará resultados si no hay un compromiso real con el cambio de hábitos.
Hay otras dietas, como la keto, la paleo y la vegetariana que son buenas. Pero depende de lo que necesite cada persona, ya sea que tiene sobrepeso o es muy delgada o delgado.
La salud antes que la estética
Perder peso no debería ser solo una cuestión de apariencia, sino de bienestar. Subir y bajar constantemente no es saludable, y detrás de las dificultades para adelgazar pueden esconderse factores emocionales, metabólicos o incluso patrones aprendidos desde la infancia. En casos de obesidad, la ayuda de un profesional (médico, nutricionista o psicólogo) puede ser clave.
No hay soluciones mágicas
Las dietas extremas suelen prometer resultados rápidos, pero rara vez son sostenibles. Lo esencial es adoptar una alimentación equilibrada y natural, evitando productos ultraprocesados cargados de aditivos, azúcares refinados, harinas blancas o grasas trans, que perjudican nuestra salud y favorecen el aumento de peso.
La importancia del grupo sanguíneo
El Dr. Peter J. D’Adamo investigó cómo cada grupo sanguíneo responde mejor a ciertos alimentos:
- Grupo 0 «El cazador»: Digestión óptima de carnes.
- Grupo A «El agricultor»: Se beneficia con una dieta vegetariana y reduce harinas refinadas.
- Grupo B «El nómade»: Tolerancia a los lácteos.
- Grupo AB: Combina características de A y B.
Conclusión: el cambio real está en los hábitos
Más que seguir dietas temporales, la clave está en elegir alimentos naturales, moverse más y ser conscientes de lo que consumimos. Leer etiquetas, evitar productos light engañosos y reconectar con nuestro cuerpo y emociones son pasos fundamentales. La salud no es un objetivo rápido, sino un camino de autocuidado.
¿Vos qué hábitos estás dispuesto a cambiar?
Nos leemos en la próxima nota.




