La inflamación del páncreas, puede ocurrir en forma súbita, provocando un cuadro agudo y puede presentarse como una enfermedad de curso crónico, cuando la inflamación persiste en el tiempo, causando cambios en la estructura del órgano que pueden llevarlo a la insuficiencia pancreática exócrina. Además en el páncreas se pueden formar abscesos, estos pueden ser estériles o sépticos, como los que se pueden ver en los gatos, mientras que en los perros, los más frecuentes suelen ser los estériles.
El páncreas exocrino es el órgano encargado de producir enzimas que participan en la digestión de los alimentos. Bajo ciertas circunstancias, puede suceder que los mecanismos de defensa que evitan la autodigestión del órgano fallen, entonces las enzimas producidas se activan en su interior produciendo la autodigestión, con el consecuente daño del tejido pancreático y de otros órganos.
En los perros, la mayoría de los casos no obedecen a causas infecciosas, mientras que en los gatos se cree que sí.
Puede afectar a ejemplares de cualquier raza y edad, pero según los que saben, hay ciertas razas con mayor predisposición a padecerlo, como los yorkshire terrier, caniches y schnauzer miniatura de edad media a avanzada, entre los perros. Entre los gatos, es más frecuente en los siameses.
Los síntomas no son específicos, como decaimiento y falta de apetito, vómitos, diarreas y molestias abdominales. Estos síntomas, como ya mencioné, pueden presentarse en forma aguda o crónica.
Muchas veces el diagnóstico resulta complicado, ya que sus síntomas pueden presentarse en otras muchas enfermedades y a veces los métodos de diagnóstico arrojan resultados que no son concluyentes.
Se trata de una enfermedad grave, cuyo pronóstico debe ser reservado en los casos agudos ya que no siempre se logra la recuperación del paciente. Los cuadros crónicos son manejables y en general tienen buen pronóstico aunque suelen tener recaídas, son pacientes que con ciertos cuidados tienen una buena calidad de vida.
Como siempre, ante cualquier duda, consulte con su veterinario.
Hasta la próxima.
© Publicada originalmente en la Revista Floresta y su Mundo de Octubre 2024 – Edición N° 402
